Luego del sismo que sacudió la provincia el pasado 5 de noviembre, otro temblor hizo vibrar la ciudad de Jujuy, esta vez, el domingo 14, los tambores de Africa en al Aula, la ruidosa propuesta de Augusto Pérez Guarnieri, sacudió no sólo parches y cajones, sino las sillas, bancos, paredes y hasta la estructura pedagógica de la Escuela Superior de Artes, que brindó el espacio para que se desarrolle este taller.
Y es que, como dice Augusto, ya son muchos años de conservatorios, !!exigimos los renovatorios!!, la cuadratura rítmica nos tiene atrapados, limitados, encapsulados en un metro, una medición lógico-matemática del tiempo que no nos deja disfrutar del ritmo, que utiliza términos como valores irregulares, polirritmia, compases por adición que no hacen más que mostrarnos a ciertos ritmos como complejos e inalcanzables para el estudiante, cuando cosas así son tocadas de forma natural por muchos pueblos del planeta, y lo mejor, ni siquiera lo escriben, la tradición oral los mantiene vivos.
Entonces, olvidémonos de hablar tanto y empecemos a tocar...
Augusto marca la llamada, en este caso con un redoblante,
pero también con una silla, un banco o lo que se le cruce.
- Hay un problema!, mi escuela no tiene instrumentos, ni sala de música, y estoy esperando que me compren los instrumentos.
- Disculpe profesor, pero les soy sincero, nunca se los van a comprar, asi que toque con lo que hay, con los bancos, con las sillas, lo importante es tocar.
Y así se armó el bolonki, claves, bases, solistas, todo sirve para tocar, una mesa, una silla, un caño, los instrumentos que haya a mano, y no paramos más.
El ritmo se apoderó de la escuela, ritmos africanos, afroamericanos, adaptaciones de éstos, una gran fiesta comenzó, todos tocaron, ya que todos deben tocar, a algunos les costará más, pero no es razón para dejarlos afuera, y así se pasó un domingo lluvioso en la capital jujeña.
Todos tocaron, cada uno cumplía una función precisa en el ensamble.
Con una buena convocatoria, de unos 35 participantes, se desarrolló este taller, gracias al esfuerzo de los miembros jujeños de FLADEM, pero especialmente de la Prof. Nora Benaglia,
que realizó las gestiones para conseguir la Escuela Sup. de música, y su aval en la certificación del curso.
Y es que, como dice Augusto, ya son muchos años de conservatorios, !!exigimos los renovatorios!!, la cuadratura rítmica nos tiene atrapados, limitados, encapsulados en un metro, una medición lógico-matemática del tiempo que no nos deja disfrutar del ritmo, que utiliza términos como valores irregulares, polirritmia, compases por adición que no hacen más que mostrarnos a ciertos ritmos como complejos e inalcanzables para el estudiante, cuando cosas así son tocadas de forma natural por muchos pueblos del planeta, y lo mejor, ni siquiera lo escriben, la tradición oral los mantiene vivos.
Entonces, olvidémonos de hablar tanto y empecemos a tocar...
Augusto marca la llamada, en este caso con un redoblante,
pero también con una silla, un banco o lo que se le cruce.
- Hay un problema!, mi escuela no tiene instrumentos, ni sala de música, y estoy esperando que me compren los instrumentos.
- Disculpe profesor, pero les soy sincero, nunca se los van a comprar, asi que toque con lo que hay, con los bancos, con las sillas, lo importante es tocar.
Y así se armó el bolonki, claves, bases, solistas, todo sirve para tocar, una mesa, una silla, un caño, los instrumentos que haya a mano, y no paramos más.
El ritmo se apoderó de la escuela, ritmos africanos, afroamericanos, adaptaciones de éstos, una gran fiesta comenzó, todos tocaron, ya que todos deben tocar, a algunos les costará más, pero no es razón para dejarlos afuera, y así se pasó un domingo lluvioso en la capital jujeña.
Todos tocaron, cada uno cumplía una función precisa en el ensamble.
Con una buena convocatoria, de unos 35 participantes, se desarrolló este taller, gracias al esfuerzo de los miembros jujeños de FLADEM, pero especialmente de la Prof. Nora Benaglia,
que realizó las gestiones para conseguir la Escuela Sup. de música, y su aval en la certificación del curso.
Zapada con cajones y claves, con ritmos afroperuanos.
La reunion sirvió tambien, como es usual, para el encuentro de los miembros de la filial, de los cuales muchos trabajan en el interior de la provincia, y organizar las últimas actividades del año, próximos al primer aniversario de la creación de la filial. Además, se planteó un importante espacio de difusión de las actividades de la filial, y un trabajo de captación de nuevos miembros.
Como cierre, disfrutamos el resto de la tarde entre amigos, colegas, brindando, y hablando de proximos proyectos y viajes.
Tarde de amigos en la oficina de FLADEM Jujuy.
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